El lago de Bolsena


El lago volcánico más grande de Europa

El Lago de Bolsena es el lago volcánico más grande de Europa. Su origen deriva de una zona volcánica que incluye numerosos centros eruptivos. El hundimiento del área central de la zona volcánica dio lugar a una depresión a “caldera” que más tarde se llenó de agua,
formando así el lago que ocupa un área de 113,55 Km2 y alcanza una profundidad máxima de 151 metros.

El único emisario del Lago de Bolsena es el río Marta, mientras que un gran número de arroyos y manantiales bajo la misma superficie del lago, garantizan la continua afluencia de agua. En su interior hay dos islas: la isla de Bisentina, famosa por sus construcciones renacentistas y por ser la isla más extensa; mientras la isla Martana es más “pequeña”, pero famosa por su exuberante vegetación y por haber sido el escenario de la detención de Amalasunta, hija del rey de los godos Teodorico, quien aquí fue encarcelada y luego asesinada por su marido Theodatus para usurpar su derecho al trono.

Un lago poblado desde tiempos prehistóricos

La presencia humana en las orillas del lago se remonta a la época medio paleolítica, por lo que son numerosos los artefactos de piedra que han llegado a nuestros días y que datan de un período entre los 100.000 y 35.000 años atrás. Así lo atestigua el poblado villanoviano, actualmente sumergido por el agua del lago y ubicado en la localidad de‘’Grancaro’’. Ahí se realizaron muchos hallazgos que hoy forman parte importante de los objetos que contiene el Museo Territorial del Lago de Bolsena -Rocca Monaldeschi.

Bolsena etrusco-romana y paleocristiana

Bolsena se originó en la ciudad etrusca de Velzna, que fue conquistada por los romanos en el año 264 d.C., y cambió su nombre a Volsinii; las familias más importantes de la época fueron los Seii, los Anconii y los Rufii, familias que ingresaron a la rama senatorial en el siglo II d.C. Entre estos se recuerda la figura de Lucio Elio Seiano, poderoso perfecto del Pretorio, bajo el emperador Tiberio, originario di Volsinii. Otros testimonios de la ciudad romana se relacionan con las excavaciones arqueológicas de Poggio Moscini, las cuales conservan las ruinas de importantes edificios de la civilización románican volsiniana. Vinculado a este período, se produce la aparición del cristianismo en Bolsena, de aquí tuvieron origen las dispersivas y monumentales catacumbas, primer núcleo de la actual Basílica dedicada a nuestra patrona Santa Cristina: una niña de once años, mártir de la fe cristiana. Ella vivía en la Volsinii romana al final del siglo IV y era hija de Urbano, magister militum de la ciudad, quien la sometió a distintas torturas para distraerla de su conversión al cristianismo. La niña, después de haber resistido milagrosamente a distintos martirios, finalmente murió atravesada por las flechas.

El período medieval y el Milagro Eucarístico

La historia de Bolsena en época medieval está íntimamente ligada a una familia: la familia Monaldeschi, señores de Orvieto. Nombrados condes de Bolsena por el papa Martín V, quienes concentraron su interés en la ciudad lacustre y en su concepción urbana: construyeron la majestuosa Rocca con fines defensivos y dos edificios o palacios residenciales, uno en el barrio de Castello y el otro en pleno centro del pueblo, en la parte baja de Castello. Después de dos siglos de control sobre Bolsena, el dominio de los Monaldeschi terminó con la muerte de Corrado di Paol Pietro Monaldeschi quien, al no tener herederos, obligó al Papa Nicolás V a enviar un comisario para el gobierno de
Bolsena. El acontecimiento más significativo de la historia medieval de Bolsena es, sin lugar a dudas, el Milagro Eucarístico de 1263: un sacerdote bohemio, Pietro de Praga, en peregrinación hacia Roma, se detuvo en la ciudad lacustre. Dudando fuertemente de la real presencia del cuerpo de Cristo en la hostia consacrada, pidió celebrar la misa en el sepulcro de Santa Cristina. En el momento de la consagración vió que la hostia en sus manos se convertía milagrosamente en carne real, de la que caían algunas gotas de sangre.
Las gotas de la misteriosa sangre mancharon al corporal y algunas piedras del altar. El corporal se llevó en procesión a Orvieto, donde residía entonces el papa Urbano IV. Tras el milagro de Bolsena, con la bula Transiturus de hoc mundo el pontífice instituyó también la solemnidad del Corpus Domini en la Iglesia universal, y encomendó a Tomás de Aquino la redacción de la liturgia para la celebración de la nueva fiesta. Del acontecimiento, quedan las “Piedras Sagradas”, o bien, las partes del altar manchadas de sangre del prodigio narrado, que se conservan en Bolsena, y el Corporal, que se encuentra en la Catedral de Orvieto. Una de las Piedras Sagradas está custodiada en un
precioso relicario, y es la que se lleva en procesión por las calles del pueblo con motivo de la fiesta del Corpus Domini.

El desarrollo en época moderna

Los siglos XVII y XVIII fueron de “regular administración” para Bolsena. Por su relevancia, es importante recordar la administración del cardenal Tiberio Crispo, quien quiso construir uno de los edificios más famosos de Bolsena: el Palacio Cozza Caposavi, con vista a Piazza San Rocco. Esta plaza es muy importante para la comunidad bolsenesa, especialmente porque alberga una histórica fuente ligada a la tradición de San Rocco: cuyas aguas lavaron una herida del santo y tuvieron efectos milagrosos. Para conmemorar este evento, el agua de manantial se sigue bendiciendo cada 16 de agosto. Durante la segunda mitad del siglo XIX se intentó acercar el centro histórico de Bolsena
al lago, gracias a la construcción de la monumental avenida que lleva el nombre de Nicola Colesanti, alcalde de Bolsena y creador de la avenida misma. Mientras el primer servicio de navegación a las islas se remonta a 1884 y fue realizado por un empresario piamontés que había comprado la Isla Bisentina.

Papas, personajes ilustres y…cine

Muchos viajeros han pasado o tenido relación con Bolsena, su lago y sus impresiones lo largo del tiempo, algunos de ellos lo han plasmado incluso por escrito. Se citan por ejemplo: Entre los papas, además del conocido Martino IV colocado por Dante en el Purgatorio por su glotonería de las anguilas del lago de Bolsena “sumergidas” en la Vernaccia, es posible nombrar a Pío II Piccolomini, quien en los Commentarios relata haber presenciado una competencia entre barcos de pescadores con tripulaciones de remeros, cada uno de un pueblo ubicado a la orilla del lago, y que compitieron en su honor para disputarse un premio o palio. Muchos otros papas han venerado las reliquias del milagro de Bolsena, tales como Julio II, Clemente VII y Pablo III. Pío VII, en cambio, se detuvo en Bolsena a su regreso del exilio durante el período napoleónico.

Posteriormente pasaron por Bolsena también Gregorio XVI, Pío IX y Pío XII. En tiempos más recientes estuvo en Bolsena el Papa Pablo VI, quien en 1976, inauguró el congreso eucarístico internacional desde la anteiglesia de la Basílica de Santa Cristina. Con motivo del Jubileo de 1350, durante el viaje a Roma, justo cuando llegaba a Bolsena, Francesco Petrarca recibió una patada de una mula que le dejó secuelas durante varios días. El poeta narra el episodio en una carta a Boccaccio y comenta también la bondad de las anguilas del lago.
La moda del Grand Tour llevó a muchos personajes de toda Europa a visitar Italia. Entre los intelectuales más ilustres del 1700, el barón Montesquieu tuvo la oportunidad de pasar por Bolsena y no obtuvo una imagen entusiasmante de la localidad, definiéndola como: “miserable”. Durante el mismo siglo también el marqués De Sade realizó su Voyage in Italie, quien al relatar las impresiones que le dejó el tramo de camino que une Bolsena con Montefiascone se declaró particularmente sorprendido por la luz del lago y el panorama de la cuenca con sus dos islas. También Johann Wolfgang Goethe nos ha dejado una vasta documentación iconográfica formada por sus numerosos bocetos y dibujos de la localidad, además de la conocida versión escrita de su Viaggio in Italia.

Mientras entre los viajeros ingleses, hay que mencionar al pintor-poeta J. M. William Turner, quien realizó pinturas con estupendas vistas de paisajes entre Orvieto y Bolsena. En el mismo período, entre 1842 y 1846, también el pioniero de la arqueología etrusca
George Dennis visitó la zona del lago di Bolsena, de la cual nos dejó un testimonio importante en su famosa obra The Cities and Cemeteries of Etruria. Durante siglo sucesivo, varios escritores, músicos y estudiosos de arqueología pasaron por Bolsena. Entre quienes han dejado sus impresiones se debe mencionar al músico francés Hector Berlioz, que vió en la cuenca del lago “un delicioso Eden”. En cambio una impresión opuesta, la tuvo Charles Dickens, que indicó a Bolsena como un lugar famoso por la malaria.
Más de una vez Sigmundo Freud se detuvo en el lago de Bolsena. En 1897 el padre del psicoanálisis llegó a Tuscia, visitando Orvieto y Bolsena durante algunos días. Bolsena y su lago también fueron escenarios de cinematografía: la película Violenza sul lago, de 1954, fue completamente rodada y ambientada en Bolsena.

El director Mauro Bolognini, por su parte, eligió Bolsena y el Palazzo Del Drago para rodar una parte de la película La venexiana, con Laura Antonelli y Monica Guerritore. También Carlo Verdone ha ambientado algunas escenas de la película Viaggio di nozze en la Isla Bisentina. Más recientemente, el director Paul Haggis obtuvo el Oscar con la película Crash-Contatto fisico en el año 2006, película escrita durante su estancia en Bolsena, en el edificio Cozza Caposavi, donde también realizó seminarios para actores emergentes. El año 2020 ha visto el lanzamiento de la película de terror I Liviatani, rodada enteramente en el Palazzo Cozza Caposavi.